martes, 25 de octubre de 2011

Scene20: "Cacahuetes"

No sabía si ponerlo, pero creo que me animo a colgar este texto que escribí anoche, entre lecturas en catalán (para más información visiten mi facebook u__uU) y repaso de japonés.
Espero que os guste :) yo por lo menos estoy contenta.



Esa noche, antes de la actuación, comí demasiados cacahuetes. Lo hice de forma rutinaria, casi rozando el tedío. Abandoné las cáscaras en el fondo de una lata de Coca-Cola, cogí mi chaqueta y salí del apartamento.
Conforme bajaba las escaleras, iba masticando los restos de cacahuetes que habían quedado entre mis dientes, a la par que iba pensando en Annie y la última discusión que habíamos tenido. Y aunque intenté no darle demasiadas vueltas al asunto, algo en mi interior me decía que debía haberle dicho lo mucho que la quería antes de dejarla tirada en medio de la discusión, sola, en aquel bar del centro. Me pregunto si estará esperándome en el teatro.

Esa noche, antes de la actuación (la más importante de mi carrera) decidí no coger un taxi e ir a pie. Ridículo, creerás; pero sabía que desde el momento en que entrase en el teatro y encarnase la piel de Hamlet, saldría con la alfombra roja bajo mis pies. Ya tendría tiempo para coger taxis: todos los que quisiera.

Entonces, sonó el teléfono. Era Ben.


¡Dan! ¿dónde se supone que te has metido?
Buenas noches, Ben; sí, buena suerte a ti también.
—¿¡Buena… buena suerte!? repitió mis palabras con asombro— ¡Dante, en dos horas empieza la obra! Deberías estar ya en el camerino. Sabes que soy tu suplente.
Bah, Ben, no te preocupes… estoy llegando. Sea como sea, no te emociones: no vas a sustituirme. Llamabas por eso, ¿eh, capullo? reí. Silencio— ¿Ben?

Pude escuchar unas voces de fondo. Agucé el oído:
“No, director. Estoy hablando con Dante. Sí, no se preocupe, viene de camino”


Dan, más vale que te des prisa y vengas con una buena excusa, aún no has triunfado pero se está subiendo a la cabeza.
¡Relájate, Ben! Mira, estoy a dos manzanas.
¿DOS manzanas? DANTE SERÁ MEJOR QUE…
¡Que sí, Ben! Mira, tranquilo, ¿va? Ya estoy caminando más rápido y era cierto. Por un momento, ese pequeño cabrón me agobió.
Venga, ahora nos vemos. No tardes.
Que no… y antes de colgar, recordé algo— ¡Eh, Ben! Sólo una cosa más…- dudé entre si preguntárselo o no, pero no pude resistirme— ¿Está Annie ahí?

Hubo un silencio algo incómodo. Ben suspiró pasados unos segundos.

Sí, Dan. La tienes en primera fila, esperándote como una tonta. Y no tiene muy buena cara, así que más vale que la trates mejor a la próxima o, por lo menos, le pidas disculpas después de la actuación. Consejo de mejor amigo.
Que sí, Ben. Va, hasta ahora.
Hasta ahor… ¡espera, Dante!
¿Qué?
Silencio, de nuevo.

Hhm… ve por donde siempre me susurró casi imperceptiblemente.
¿Por qué? ¿a qué viene eso ahora? ¿por qué no hablas más alto?
Ve por ahí, anda. Llegarás antes, no me fío de tus rutas improvisadas.
De acueeerdo. Estás pesado hoy, ¿eh? Venga, te dejo. Hasta ahora.
Adiós.

Esa noche, antes de la actuación, comí demasiados cacahuetes. Aún recuerdo cómo los vomité, junto con sangre, en el frío y mojado asfalto de Nueva York. Las luces del teatro bailaban monótonamente, y mientras aquellos brazos agarraban mis huesos rotos, podía observarlas parpadear en los charcos, hasta que me fundía con ellas entre los golpes secos de mi memoria.


“Ve por donde siempre” me dijiste. “Ve por donde siempre” y por donde siempre fui, por donde me comenzaron a seguir tres hombres trajeados. Obviando sus pasos a mis espaldas, continué caminando por el callejón de siempre, tan oscuro como siempre, tan olvidado, tan frío.


¿Dante Rhaus? me llamó uno de ellos por las espaldas.
Frené en seco y me volví. ¿Por qué pensé que eran admiradores?
Sí, amigo, pero como no me dejes que llegue al teatro va a ser imposible que…

Y caí. Mi cuerpo chocó bruscamente contra el suelo, me golpeé en la cabeza con un contenedor y perdí por unos instantes todo punto de apoyo.
“Esto no debería estar pasando” pensé. Me incorporé con toda la rapidez que me fue posible y me lancé contra mi agresor, golpeándole con mi cabeza en su nariz. Se pudo oír un crack agudo, a lo que siguió un chillido. Nariz rota: no había ensayado ese truco para nada. Pero parecía que ellos también habían ensayado otros tantos.
No recuerdo cuánto tiempo estuvo bajo sus pies, sus puños. Tras una hora de brutal paliza mi cuerpo abandonó todo movimiento. Mis ojos, congestionados e hinchados por las patadas, ardían. Sólo comencé a tener miedo cuando fui consciente de que no querían magullarme, sino que querían acabar conmigo a base de golpes. Pavor.

“Ve por donde siempre” me dijiste. Si hubieses sabido que esto iba a ocurrir…
Para le dijo un hombre al otro—. Vamos a matarlo.
Se supone que debe ser así, ¿no?
Sí, tío, pero no se mueve… es decir… ni si quiera habla, ¿seguro que no está ya muerto?
No, aún respira, ¿no lo ves?
Pues continúa tú, yo estoy matado, ¡pf! ¿tienes un cigarro?

La sangre coagulada en mi cuenca ya vacía me impedía verles. Quería gritar, pero me había mordido la lengua y tenía la boca llena de sangre, la cual no paraba de escupir lentamente. Me moría.


Quién…- intenté vocalizar. Imposible. Mis cuerdas vocales estaban prácticamente rotas de tanto gritar.
Creo que intenta saber quién es el cabrón que nos ha mandado matarle.
No digas nada, imbécil.
Si vamos a matarlo, ¿qué más dá? rió.

Nunca comprendí qué había de divertido en aquello.

Pero aún así yo no se lo… no pudo acabar.
Bow. Benjamin Bow, Dante Rhaus dijo con retintín— ¿Qué, es que lo conoces?
No le des más conversación. Mátalo. Me estoy poniendo nervioso.
Va, nenaza, sólo es un poco de sangre. Pásame el bate que acabe con esto.
No creo que sea necesario el bate… métele un tiro.
Que me pases el bate, joder. Bow nos dijo que nada de tiros.
Pero es que… está prácticamente muerto, tío. 
No te pongas blando ahora que has sido tú el que le ha reventado el ojo. Pásame el bate.

Esa noche, antes de la actuación (la más importante de mi carrera) decidí no coger un taxi e ir a pie. Ridículo, creerás.

… Ya tendría tiempo para coger taxis: todos los que quisiera.

Annie. ¿Me estará esperando?

“Ve por donde siempre”

Annie.

“¿Puedes hablar más alto?”

“Deberías estar ya en el camerino. Sabes que soy tu suplente.”

“Soy tu suplente”

Todos los taxis que quiera…

Annie.

… todos los que quiera.

Esa noche, antes de la actuación, comí demasiados cacahuetes. Lo hice de forma rutinaria, casi rozando el tedío.
Me pregunto si Annie me estará esperando en el teatro.

5 comentarios:

  1. Lo sabía. Sabía que era él, me lo esperaba venir. Maldito cabrón ese Benjamin Bow, es un puto rastrero.

    ¿Te puedes creer que le odio como si todo fuese real? Creo que se me está iendo el kiko y necesito que vuelvas xD

    Sublime. Creo que ha sido el Scene20 que más me ha gustado...pero creo que es obvio. Adoro a Dante/Zero.


    ...Y más te adoro a ti.

    ResponderEliminar
  2. Vale, primero tengo que comentar una cosa, Cacahuetes, me encanta esa palabra... Cacahuetes. No podías haber escogido un fruto seco mejor, los cacahuetes son los mejores. Creo que no solo que seas tú quien haya actualizado me ha hecho venir corriendo a leerte, si no que también ha sido esa palabra la que ha dicho: ¡Cacahuetes! Tengo que leerlo.

    Ya, después de todo lo que te he comentado, imagino que sabes que ahora mismo tengo los pelillos como escarpias y el corazón en la garganta. Ay, mujer, mujer. ¿Por qué me enganchas de esta forma a leerte? ¿Por que cuando te leo parece que estoy viendo una película y me lo estoy imaginando todo con pelos y señales?

    Que cabronazo ese Bow, como lo tenía todo preparado. Que hijo de su madre. ¿y después? Quiero más, pedazo de mala mujer, quiero mucho más. Pero esperaré impaciente ù_u

    Me encanta la última la parte.

    <3

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias a las dos :) a mí también me ha gustado cómo ha quedado (aunque claro, ahora lo leo otra vez y le saco defectos xD)

    Meen; idiota (L) (sí, sólo eso xDDDDD)
    Momo; era un scene20 que no tenía ganas de hacer: "cacahuetes" xDD no sabía qué meter ahí sin que sonase infantil D: y no quería que fuese obvio el personaje, así que coloqué a Zero xD
    Me alegra que mis escritos te causen esa impresión, para mí es muy importante.

    Y tranquila, recuerda que Zero se vengó xD y bastante eficazmente

    ResponderEliminar
  4. Es genial, genial, genial, geniaaaaaal. Me he metido completamente mientras leía. Incluso me exasperaba Ben durante la llamada... !!!!

    ¡Y por fin sé quién es Benjamin Bow! ¡¡Qué (tacos, tacos y más tacos)!! Ufff, qué cerdo, qué bajo pueden caer algunos por el éxito. Yo, después de eso, me lo habría cargado pillándole el cuello con la puerta de un taxi y gritando ''¡¡La próxima vez va andando tu p**a madre!!'' xDD

    ¿Y te puedo preguntar cómo sobrevive, o ya lo explicarás tú? Me he quedado con la mosca detrás de la oreja xDD

    Cada vez me dejas la boca más abierta. Besazos. ♥

    ResponderEliminar
  5. JAJAJAJAJAJAJAJA, lo del taxi me ha gustado mucho, sí xD creo que Zero (bueno, Dante) tenía ganas de hacer lo mismo.

    No te puedo contar cómo sobrevive, pero no te preocupes, algún día lo sabrás (?)

    ResponderEliminar