lunes, 17 de octubre de 2011

Scene20- "Silencio"

Llevo un día de mierda, así que espero que esto no haya salido tan mal ç__ç
Espero que os guste  =) quería contar algo de la historia de Lilou y sólo se me ha ocurrido esto, 
prometo explicar algo más de su vida en otro momento!





Siempre percibí que odiabas el silencio de tus teclas; era ese horrible vacío que precedía a los ataques de rabia acallados por el tiempo, a la decadencia de tu figura en detrimento de la de un niño.

Odiabas que hablase de él, Yann...
Odiabas que pronunciase su nombre, aunque fuese para citar a otra persona que no era él.

Cuando aparecía, apagabas la radio, cerrabas el periódico... y, apresuradamente, te escondías en la habitación del ático, a tocar tus piezas de piano con ira y rencor.
Pero yo pensaba que su nombre era tan bonito, Yann...


Empecé a informarme sobre él desde el primer día que comprobé que era alguien a quien odiabas. Tú, mi padre, te habías transformado en un hombre frío y silencioso, apagado con el paso de los años. Sin embargo, me adoptaste porque en ti había un resquicio de luz, no solamente una necesidad de compañía.
Así que comencé a buscarle a él. Comencé a buscar a aquel a quien llamaban el mozart del siglo XXI, el culpable de toda la tristeza que inundaba tu mirar.

La tarea no se tornó excesivamente complicada, a excepción de que no podía hacer mis pesquisas dentro del hogar. Pero una vez fuera de nuestro apartamento, su nombre aparecía en todas partes: Tadgh. Tadgh Fujiwara.
"Es increíble" me dije "Es un chico increíble"
Indagué de dónde procedía su nombre y qué significaba. "Procedencia irlandesa" descubrí con asombro "Aquel a quien llaman el poeta"
Entonces, Tadgh, era un poeta: uno que escribía poesía con la punta de sus dedos.

Silencio, Yann.
Silencio era la melodía que precedía a la prueba.
Todos los días, todas las noches, Yann.
¿Creías que no te oía? ¿pensabas que no te podía escuchar?...

Tú y tu soledad, tratando de tocar alguna pieza de ese niño que, con diez años, te retaba sin si quiera saberlo a interpretar su poesía, la única que él podía leer.

Eras incapaz. Ningún pianista era, de hecho, capaz de entender lo que sus partituras encerraban porque, en ellas, estaban recluidos unos fantasmas.  Fantasmas de una vida que imaginé atormentada, fantasmas a los que nadie más que a él lograban atormentar.


Procuraste la perfección, como antaño. Trataste por todos los medio de comprender el tempo de sus partituras y darles forma de melodía; pero a veces eras demasiado lento, y otras demasiado rápido. Gastaste cinco años de tu vida en intentar interpretar una de sus composiciones y, al final, decidiste quemar todas las partituras y las anotaciones que habías escrito en ellas con una cerilla y lo poco que restaba de tu orgullo.

Pero, Yann, yo aún lo recuerdo.
Aún puedo recordar ese silencio tras el error, ese silencio que parecía recordarte lo que habías sido y ya no eras, y lo que ese pequeño te había arrebatado.
Ese silencio que, cada vez que tenía lugar, iba destrozando cada uno de los pedazos de tu gloria, de la poca esperanza que en ti se hallaba.
Te obsesionaste tanto con sus composiciones que olvidaste las tuyas propias, y cuando te percataste de ello te derrumbaste sobre tu piano y el silencio de nuevo te vistió. Horas en el ático. Horas de silencio en el ático solamente interrumpidas por tus susurros: "Fujiwara, Fujiwara, Fujiwara"... 


Y yo soñaba con su nombre: Tadgh. Tadgh. Tadgh. Tadgh Fujiwara.
Tadgh vistió las paredes de nuestro apartamento y nuestros recuerdos durante los siete años que estuvimos juntos. Aunque también, por supuesto, vistió nuestros silencios.

Tadgh Fujiwara, él nunca quiso que supieses que fuiste el dueño de todos nuestros silencios. Él, mi padre: un Salieri destronado y vestido por el odio, luchando contra el espejismo del sueño de la locura; luchando contra ese pequeño Mozart en quien halló su perdición.

Pero no llores, papá: nunca te reprocharé que te convirtieses en todo aquello que nunca habías deseado.


Así que martillea nuestra mente,
Tadgh.
Martillea nuestra mente con la melodía de tu silencio
para que pueda odiarla.
Y amarla.

5 comentarios:

  1. Cada vez tengo más ganas de conocer a la historia de Lilou completa. Creía que había conocido a Tadgh por casualidad por lo del compañero de piso pero, desde luego, esto es mucho más interesante.

    [Te obsesionaste tanto con sus composiciones que olvidaste las tuyas propias, y cuando te percataste de ello te derrumbaste sobre tu piano y el silencio de nuevo te vistió. Horas en el ático. Horas de silencio en el ático solamente interrumpidas por tus susurros: "Fujiwara, Fujiwara, Fujiwara"... ]

    Me ha encantado esa parte, sinceramente escribes muy bien, es muy fácil imaginarse la escena y meterse en el contexto e incluso en el personaje conforme vas leyendo.

    [Y yo soñaba con su nombre: Tadgh. Tadgh. Tadgh. Tadgh Fujiwara.]

    u////u Eso te ha quedado muy romántico x___D <3

    Chu <3

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Yuta Ç////ç me alegra que te haya gustado :)
    Y sí, conoció a Tadgh por casualidad. Pero entonces se dio cuenta de que era ESE Tadgh :) de ahí que insista tanto en ayudarle, porque previamente ella misma se había obsesionado con los fantasmas de sus composiciones.

    Y lo último es romántico, sí :) pero el romanticismo de una niña de 12 años que, más que enamorada de la persona, está enamorada de la música ^^

    Besitos también y gracias por comentar ^^

    ResponderEliminar
  3. ... Me siento plena e insatisfecha a la vez.
    Plena por haber leído algo tan interesante, profundo... y también insatisfecha por querer leer más.
    Necesito que vuelvas para ver de nuevo a tus personajes pero estoy dispuesta a conformarme, de momento, con leerlos ^^

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Comentarte me da un poco de miedito, ahora que se que me tienes en cuenta los comentarios jaja.

    Pero, en realidad casi siempre digo lo mismo. Vellos de punta, no poder parar de leer y cuando acabo decir "Quiero más". Eso es lo que consigues sacar de mi cuando te leo. Así que, ya sabes, escribe más porque quiero saber mucho más.

    Y aunque ya te lo haya dicho, Lilou me parece un personaje realmente interesante y saber un poco más de ella siempre se agradece. Me gusta, mucho, y estoy impaciente por saber.

    Un beso preciosa!

    ResponderEliminar